(Aplausos)
¿Que cómo
será la educación en 2040? Sinceramente, no lo sé. Hace unos años, cuando
mirábamos hacia el año 2020, nos parecía un futuro muy lejano en el que los
coches ya podrían volar y en casa habría un robot esperándonos con la mesa
puesta. Sin embargo, nos encontramos en ese año y las cosas no han cambiado
tanto, al menos en el ámbito educativo. Pero… ¿qué pasará en los siguientes 20
años? ¿Cómo va a cambiar la escuela en el 2040? Y lo más importante… ¿De qué
manera queremos que cambie? Mi ponencia va a consistir en las reflexiones que me he
hecho como docente acerca de este tema en los últimos años, donde quiero dejar
constancia de mis sentimientos actuales, porque estoy experimentando
sensaciones que no me gustaría olvidar con los años.
¿Cómo será la educación del futuro? Cuando me hago esta pregunta me entran escalofríos. Creo que todos tenemos una idea sobre ello y además, la
compartimos. ¡Mucho más tecnológica!, me dice mi padre. ¡Tendremos el Macbook
Air en clase para hacer los deberes! me cuenta mi prima pequeña. ¡Os
sustituirán profesores virtuales!, afirma mi vecino, con el que no me llevo
bien...
(Risas)
¿Pero está realmente en lo cierto? Soy consciente de que la tecnología está muy presente hoy en día y que
facilita la vida en diversas ocasiones, ¿pero es necesario dotar a un niño de
un dispositivo para un contacto directo con los padres? ¿O tan necesario
resulta implantar en el colegio ordenadores súper potentes con capacidad para
crear hologramas? Señoras y señores, compañeros y compañeras, estamos en la
escuela, un lugar habitado por cientos de niños y niñas que llegan cada día con
la ilusión de ver a sus compañeros, a sus maestros y maestras, con la intriga de
saber cuál será la frase del día y, sobre todo, con muchas ganas de jugar. Esto
no quiere decir que la escuela deba seguir siendo lo que era, pues hay muchos
déficits a los que prestar atención, pero eso lo dejo para otra reflexión. La
sociedad cambia (por suerte) y la escuela también. Si tuviera que apostar por
una escuela del futuro, apostaría por más clases fuera del aula que dentro, por
un mayor compromiso entre familias y profesores en todas las etapas educativas,
por un mayor desarrollo de la creatividad en los niños y niñas, por una mayor formación
del profesorado y por último, si de algo debe servir la tecnología, por una
mayor conectividad con el mundo. Si vamos a utilizarla, vamos a utilizarla
bien. Gracias a todos.
(Aplausos)
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