¡Bienvenid@
compañer@!
Mi relación con la música... digamos que ha crecido, y crece, de manera
exponencial. Desde pequeña, me he nutrido de la música que escuchaba a mi
alrededor, atendiendo a diferentes registros y géneros musicales, lo cual me ha
llevado a sentir simpatía por todos ellos. De "mayor" sigo haciendo
lo mismo. Esto me ha hecho entender que la música debe valorarse por lo que
provoca en nosotros, y que una persona puede amar el rap, el pop, la música
clásica y el flamenco (por ejemplo) a partes iguales.
Por suerte, mi
hermano siempre ha tenido la costumbre de escuchar música clásica cada vez que algo le
causa malestar, o incluso, en muchas ocasiones, para empezar con calma la
jornada laboral. Empecé a cogerle el gusto y comencé a hacer lo mismo. Él
tiene su favorita, pero sin duda, yo me quedo con El lago de los cines de Piotr
Ilich Tchaikovsky.
Se
trata de una pieza llena de sensibilidad, un refugio cuando el alma quiere
evadirse de lo que está a nuestro alrededor. Por todo ello, considero que la
pieza forma un dúo excelente con esta obra de Joaquín Sorolla.
Como veis en El Balandrito, en mi caso, El lago de los cisnes logra transportarme al mar, ¿y a vosotr@s dónde os lleva? ¡Espero que os guste!
Como veis en El Balandrito, en mi caso, El lago de los cisnes logra transportarme al mar, ¿y a vosotr@s dónde os lleva? ¡Espero que os guste!