lunes, 20 de enero de 2020

Práctica 1. La mirada del otro/a


¡Buenas tardes a tod@s! Soy Claudia López Martínez, alumna del Máster de Investigación Educativa de la Universidad de Alicante y de la presente asignatura , es decir, Investigación en Didáctica de las Lenguas y la Literatura. Una materia que propone redactar los ejercicios mandados a través de distintas plataformas como es el caso de este blog. Por ello, siguiendo con lo defendido, a continuación plasmaré la actividad inicial llevada a cabo. Una tarea en la que convertirse en el alumnado del aula en la que desempeñamos el papel como docentes, plasmando en un informe los rasgos y peculiaridades característicos del maestro/a que imparte la enseñanza. En este sentido, se refleja, en primer lugar, la composición sin correcciones y, posteriormente, el escrito con las modificaciones ortográficas realizadas por una compañera de clase (a través de fotografías).

 ¡QUÉ COMIENCE LA FUNCIÓN!

El año pasado comencé el último viaje de mi paso por Educación Primaria y lo hice de la mano de una persona hasta entonces desconocida para mí. Un miércoles siete de septiembre, se abría paso firme para hacernos partícipes de nuevas experiencias y aventuras que vivir. Aún recuerdo mis comunes nervios de principio de curso, el niño nuevo de clase, la mochila de purpurina de mi mejor amiga y una voz extraña que me decía lo bonitas que eran mis gafas. Siempre he odiado mis gafas, nunca me han gustado, pero desde aquel momento estoy orgullosa de llevarlas pues pienso que tengo la habilidad de ver mi alrededor de una manera divertida y jovial.

Un poder que conocí gracias a aquel susurro emitido por una chica de pelo castaño, rizado y alocado, ojos marrones con gafas, alta, delgada y una sonrisa de oreja a oreja que nunca desapareció, ni en los momentos más complicados como fueron los enfados y exámenes finales. Aunque hemos de reconocer que durante esta etapa aprendimos de manera diferente a tiempos atrás. Nuestra aula se convirtió en un escenario en el que nuestra profesora era la actriz que nos transmitía conocimientos y saberes y nosotros un público animado y participativo formado por un elenco capaz de ayudarse cuando no entendía un problema, preguntar dudas y divertirse disfrazándose de personajes célebres con los que aprender sus hechos y su cultura.

Fue muy divertido cuando me tocó y tuve que meterme en la piel de Einstein para explicarle a mis compañeros la teoría de la relatividad. A partir de ese momento descubrí que las ciencias no eran tan malas y que en un futuro inmediato podría hasta incluso convertirme en amiga de los números y fórmulas. Era como si estuvieras aprendiendo mientras veías una obra de teatro. Ella siempre nos decía que éramos unos intérpretes y espectadores de sobresaliente y eso nos gustaba, nos hacía sentir más seguros de nosotros mismos y nos incitaba a seguir indagando en las diferentes propuestas que nos presentaba.

Doce meses han pasado desde que Claudia nos hizo ser uno más de su andadura y qué difícil es condensar en unas líneas los agradecimientos guardados en nuestro humilde corazón. Paciente, responsable, graciosa e inteligente son adjetivos que la definen. Fue un placer conocerla y espero que nos crucemos por el camino. Ha sido y será mi fuente de inspiración y mi maestra. Solo deseo en un futuro formar parte del mundo de la educación y sus encantos, luchando por conseguir y cumplir mi sueño pues como decía Charles Chaplin y como corroboraba nuestra profesora “La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida antes que el telón se baje y la obra termine sin aplausos”. Así, querida Claudia dicen que los sueños hay que perseguirlos para alcanzarlos y hacerlos realidad. Aquí comienza nuestra infinita amistad. 




¡Espero sea de vuestro agrado! ¡Hasta la próxima!



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